Fueron unos días muy productivos en los que pusimos visitar zonas de Valencia y exposiciones muy interesantes.
Pero me quiero centrar en algo que para mí, entonces, era desconocido y me sorprendió gratamente. Los Hostels.
Nunca había oído hablar de ellos y me pareció algo innovador y digno de mencionar.
Esto comenzó en el siglo XX cuando a Richard Schirrmann, un maestro alemán, empezó a buscar más comodidades para sus alumnos en las excursiones que hacían. Sus viajes ganaron tanta fama que en 1909 decidió abrir el primer hostel en un castillo reconstruido alemán. Este movimiento se hizo famoso enseguida y se expandió rápidamente, primero en Europa y en el resto del mundo entre los años 30 y 50.
La Federación Internacional de Albergues para Jóvenes trabaja bajo la marca Hostelling Internatonal, y dicen que un hostel debe basarse en 5 aspectos: bienvenida, seguridad, limpieza, privacidad y comodidad.
Hay todo tipo de hostels en los que varía el número de personas que caben en cada habitación y la privacidad de los baños.
Suelen ser albergues en los que las habitaciones están equipadas para un gran número de personas y los baños son compartidos.
Y una característica importante es que tienen una sala común para todos los clientes, donde se pueden relacionar.
La sala común hace de cafetería y en algunos hay cocina también.
Es una muy buena opción este tipo de alojamiento porque además de ser económico te da la oportunidad de conocer gente muy variada.
Además se cuida mucho el diseño, claro que dependiendo de la zona o la antigüedad del edificio son más o menos actuales, pero hay hostels realmente agradables y originales en cuanto a diseño.
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